9 de febrero de 2012

It's fine tuning, estúpido


por Nicolás Martín Cassanello

En un post reciente repasamos el discurso de la presidenta Cristina Fernandez durante el acto de asunción del cargo presidencial, enfocándonos en sus comentarios sobre la política de Comercio Exterior, a la vez que dimos cuenta de la creación de la Secretaría de Comercio Exterior dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación.

El pasado 24 de Enero el presidente Barack Obama presentó su discurso sobre el Estado de la Unión (State of the Union) y nos pareció interesante realizar el mismo ejercicio para conocer la impronta que le asignará a la política de “comex” norteamericana durante el 2012.
Gracias a Wikipedia sabemos que el Discurso del Estado de la Unión se lleva a cabo de manera anual, consiste un informe que el Presidente brinda al Congreso de los Estados Unidos. Usualmente se realiza durante el mes de enero, y su importancia radica en que el Ejecutivo determina cuáles serán sus iniciativas políticas y el curso que le dará a la gestión durante el año en trato.
Si trazamos un paralelo con la vida institucional argentina, podemos hallar similitudes entre este evento y el acto de apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación que encabeza el titular el Presidente argentino ante la Asamblea Legislativa a principios del mes de marzo.

La exposición de Obama se puede consultar completo en inglés en este link, y su lectura en castellano se consigue -por ejemplo- en este enlace. El presidente, entre otros asuntos, destacó la necesidad de realizar una reforma fiscal, repasó asuntos vinculados con la política energética, anuncios sobre la política habitacional y educativa, así como novedades sobre el pago de la deuda pública. También sabemos, vía FastCheck.org que Obama acertó en sus previsiones sobre la amenaza talibán, el control migratorio en la frontera con Mexico y la creación de puestos de trabajo.

 
Además, es lo que aquí nos interesa, se refirió a la situación del comercio exterior norteamericano en estos términos:
"En 2008, la casa de papel se derrumbó. Supimos que se le vendieron hipotecas a gente que no podía pagarlas o no podía entenderlas. Los bancos hicieron apuestas gigantescas y dieron bonificaciones con el dinero de otra gente. Los reguladores habían hecho la vista gorda, o carecían de autoridad para ponerle fin al comportamiento deplorable.
(...)
Ésos son los hechos. Sin embargo, éstos también lo son. En los últimos 22 meses, los negocios han creado más de tres millones de empleos. El año pasado, crearon la mayor cantidad de empleos desde el 2005. Las empresas manufactureras de EE.UU. están contratando nuevamente, creando empleos por primera vez desde fines de la década de 1990. Juntos, hemos acordado recortar el déficit más de $2 billones. Y hemos establecido nuevas reglas para responsabilizar a Wall Street, de manera que nunca más ocurra una crisis como ésta.
(...)
No, no regresaremos a una economía debilitada por la exportación de los trabajos, deudas incobrables, y ganancias financieras ficticias. Esta noche, quiero hablar sobre cómo vamos adelante y presentar un plan específico para una economía construida para perdurar: una economía construida sobre la manufactura de los EE.UU., la energía de los EE.UU., la capacitación de los trabajadores de los EE.UU., y una renovación de los valores de los EE.UU.
(...)
Debemos comenzar con nuestro código tributario. Actualmente, las compañías reciben ventajas impositivas por trasladar empleos y ganancias al extranjero. Mientras tanto, las compañías que optan por permanecer aquí pagan una de las tasas de impuestos más altas del mundo. Eso no tiene sentido, y todos lo saben.
(...)
Segundo, ninguna compañía estadounidense debe poder evitar pagar la parte que le corresponde de impuestos debido al traslado de empleos y ganancias al extranjero. De ahora en adelante, toda empresa multinacional debe tener que pagar un impuesto mínimo básico. Y hasta el último centavo debe usarse para reducirles los impuestos a las empresas que opten por permanecer aquí y contratar aquí.
Tercero, si usted es una empresa manufacturera estadounidense, debe recibir un recorte mayor de impuestos. Si es una empresa manufacturera de alta tecnología, deberíamos duplicar la deducción de impuestos que usted recibe por fabricar aquí sus productos. Y, si quiere mudarse a una comunidad que sufrió un grave impacto cuando alguna fábrica se marchó de allí, usted debe recibir ayuda para financiar una nueva planta, equipo, o capacitación para los nuevos trabajadores.
Mi mensaje es sencillo. Es hora de dejar de recompensar a los negocios que envíen empleos al extranjero, y comenzar a recompensar a las compañías que creen empleos aquí mismo en los EE.UU. Envíenme esas reformas fiscales y yo las firmaré de inmediato.
También estamos facilitándoles a las empresas de los EE.UU. la venta de sus productos en todas partes del mundo. Hace dos años, fijé una meta de duplicar las exportaciones de EE.UU. durante un período de cinco años. Con los acuerdos comerciales bipartidistas que he promulgado, estamos en vías de cumplir dicha meta antes de lo proyectado. Pronto habrá millones de nuevos clientes de productos de Estados Unidos en Panamá, Colombia y Corea del Sur. Pronto, habrá nuevos autos en las calles de Seúl importados de Detroit, Toledo, y Chicago.
Iré a cualquier lugar del mundo para abrir nuevos mercados para los productos de los Estados Unidos. Y no me mantendré al margen cuando nuestra competencia no se rija por las reglas. Hemos iniciado casi el doble de los casos comerciales contra China que los iniciados por la administración anterior, y ha tenido efecto. Más de mil estadounidenses tienen trabajo hoy porque detuvimos un gran aumento en el consumo de llantas chinas. Pero tenemos que hacer más. No está bien que otro país permita la piratería de nuestras películas, música y software. No es justo que las empresas manufactureras extranjeras nos lleven ventaja sólo porque tienen numerosos subsidios.
Esta noche, estoy dando a conocer la creación de una Unidad de Cumplimiento de las Reglas Comerciales que será responsable de la investigación de prácticas comerciales injustas en países tales como China. Habrá más inspecciones para impedir la entrada de productos falsos o dañinos a nuestro país. Y este Congreso debe cerciorarse de que ninguna compañía extranjera tenga ventaja sobre la manufactura estadounidense en lo que respecta a obtener financiamiento o incursionar en nuevos mercados tales como Rusia. Nuestros trabajadores son los más productivos del mundo y, si hay igualdad de circunstancias, les prometo que EE.UU. siempre logrará ganar.

Repasemos entonces el “Plan Obama”: restricción de subsidios y limitación de deducciones impositivas a empresas que producen fuera del país, imposición tributaria mínima para empresas que producen fuera del país, disminución de tributos para la producción manufactura local, la cual se incrementa en caso de empresas de alta tecnología, facilitación de exportaciones, aplicación de sanciones contra supuestos de piratería y competencia comercial desleal, creación de la Unidad de Cumplimiento de las Reglas Comerciales.

El discurso de diciembre de la presidenta Cristina Fernández ante la Asamblea Legislativa,  tuvo una notable afinidad con algunas propuestas del mandatario norteamericano: destacó el aumento de la participación del comercio exterior en el PBI argentino, así como de consolidar el superavit comercial y mantener un nivel elevado de reservas. También se refirió a cambios en la política exterior, desde hace un tiempo claramente enfocada en el fortalecimiento de la región (Unasur, Banco del Sur, Mercosur), lo mismo que ocurre en materia de política comercial.
Tampoco faltó el cliché de la “sintonía fina”,  trillado concepto que alude a la “reasignación de recursos” de manera eficiente, conceptos en los que también se detuvo Obama (asimismo cabe mencionar que la sintonía fina criolla además se vislumbra en reducción de subsidios al consumo, moderación de expectativas salariales y otras decisiones de política económica tendientes a preservar la Caja, temas que exceden los tópicos de este blog.)

En materiacomexlos presidentes se despacharon con la creación de nuevos organismos con competencia en la materia: en Argentina contamos con la Secretaría de Comercio Exterior, mientras que Obama intentará combatir prácticas comerciales desleales con la Unidad de Cumplimiento de las Reglas Comerciales (atribuciones que también ostenta la repartición argentina).

Abro un paréntesis para mencionar que considero acertada la creación de una Secretaría de Estado con competencia en asuntos vinculados al comercio exterior; pero el festejo se convierte en desconcierto cuando se designa al frente de la misma a una funcionaria cuyos antecedentes profesionales inmediatos la encuentran al frente del INDEC y en el directorio de Papel Prensa.
También coincido con la presidenta en que lamultiplicidad de ventanasse traduce muchas veces en un innecesario dispendio de recursos públicos y caldo de cultivo para prácticas inescrupulosas (cuando no corruptas) de funcionarios y empresarios.
La implementación de una Ventanilla Única viene siendo planteada desde la Federación de Cámaras de Comercio Exterior (FeCaCERa) y otras entidades desde hace ya varios años.Por caso, en la última década en vez de consolidar una política estratégica en comercio exterior, se multiplicaron programas y organismos que con dispar éxito intentaron apuntalar la presencia de empresas argentinas en el externajero: Pro-Argentina (Ministerio de Economía), Argentina Trade Net (Ministerio de Relaciones Internacionales) y Fundación ExportAr (Ministerio de Relaciones Internacionales).

Regresando al desglose de los discursos presidenciales, las semejanzas se presentan también en la política deproduzca aquí, aunque los caminos elegidos en un caso y otro son dispares: Obama se propone eliminar subsidios y deducciones impositivas a empresas que producen fuera del país para promover su retorno, y para aquellas que producen ciertos bienes el beneficio se traduce en eliminación de tributos. Cristina, en cambio, está practicando una amplia eliminación de subsidios a empresas que operan en el país (lo cual en muchos casos es estrictamente justo), recurre al incremento de tributos (derechos de aduana, impuestos internos y otros) y aplicación de licencias no automáticas.  
También se recurre a controvertidas medidas con respaldo jurídico cuestionable o directamente ausente: presiones del organismo recaudador para limitar la adquisición de divisas, exigencias de exportar productos para permitir la importación, pedidos de autorización de compra a secretarías de estado sin competencia para imponer prohibiciones, implementación de una declaración jurada anticipada de importación que desconoce el régimen de Licencias adoptado en el seno de la OMC.
Cierto es que el país del norte también aplica cuestionables medidas restrictivas : desde fuertes subsidios a la producción nacional (igual que sus pares europeos) a la imposición unilateral de exigencias para exportar a su país tales como el escaneo obligatorio de contenedores en origen, sistema de “prior notice” o notificación previa al embarque entre muchos otros.

El tiempo dirá si estas medidas constituyen desviaciones transitorias del sistema multilateral de comercio, o si su proliferación y tolerancia por parte de los actores exhibe un nuevo panorama de políticas comerciales que se instalarán por un buen tiempo.
En todo caso, parece que nos acostumbraremos a escuchar seguido la justificación “It’s the fine tuning, stupid”.

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